Mi camino hacia el Auto Reconocimiento inició hace casi 20 años, durante 2004.
En ese tiempo aún no estaba de "moda" meditar, era algo principalmente relacionado con el budismo y, por lo tanto, para mí tenía una connotación religiosa más que un enfoque hacia el desarrollo personal que yo buscaba.
Al principio, fue mi profesora de Reiki quien me introdujo al fascinante mundo de la meditación. El primer curso que nos dio fue justo para entender la importancia de incluir la práctica de la meditación en nuestra vida diaria. En otras palabras, ¡el primer paso hacia el trabajo interior!
Sirva esta ilustración: con un ritmo de vida acelerado, lleno de trabajo, repleto de viajes y una vida social bastante activa, me parecía imposible tener tiempo para meditar. Sin embargo, yo quería ser feliz, así que decidí comprometerme conmigo misma y comencé por establecer que los sábados serían mi día de meditación.
En adelante, me encantaba meditar en grupo y seguir la voz de mi maestra, a quien inmediatamente le cambiaba el tono y la vibración de su voz al momento de conectar con "algo" que la hacía transmitir aquellas palabras llenas de amor, como si vinieran directo del alma.
Entonces, la sensación que nacía y habitaba mi cuerpo cuando seguía su voz hacía que muchas veces rodaran lágrimas por mis mejillas e, invariablemente, al terminar la meditación me decía a mí misma: yo quiero hacer lo mismo, yo quiero acompañar a las personas en el camino hacia el Auto Reconocimiento.
Más serena, más segura, más paciente
A medida que pasaba el tiempo y con una práctica de la meditación que aumentaba cada vez más, logré llegar a estados profundos de relajación. Pero no sólo eso. Lo que más me gustaba era que notaba que tenía una nueva forma de comportarme y de reaccionar ante las situaciones que antes me hacían explotar.
Sobre todo, me di cuenta que mi aproximación hacia las situaciones adversas era desde otro lugar, uno más sereno y más seguro. Fue ahí cuando comprendí los grandes beneficios de la meditación cuando nos encontramos en el camino del Auto Reconocimiento.
En otras palabras, cuando meditaba, podía sentir cómo al conectar con mi cuerpo, reconocía la emoción que estaba sintiendo y en muchas ocasiones encontraba respuestas que anteriormente solo buscaba con la mente.
En conclusión, hay muchas formas y técnicas para meditar, además, de que no siempre es fácil hacerlo porque nos acostumbramos a que todo ocurra con rapidez: queremos resultados fáciles, rápidos y duraderos. La meditación es justamente una poderosa herramienta para aprender sobre el valor de escuchar y aprender de las demás personas, así como para desarrollar la PACIENCIA.
Por eso, hoy invito a todas las personas que así lo desean a darse permiso de sentir para dejar de pensar y de controlar. A fijar su atención en la sensación (agradable o no) que experimentan cuando meditan.
Para resumir: meditar es mi mapa porque me permite dejar de hacer, para SER y desarrollar una práctica cotidiana de Auto Reconocimiento.
Con amor,
Ana.
Meditaciones hacia el Auto Reconocimiento
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Soy Ana Vargas
Soy mexicana y radico en Luxemburgo desde hace 14 años.
Me dedico a promover la salud emocional a través de programas y sesiones de terapias alternativas enfocadas al Auto Reconocimiento.
Disfruto mucho cuando acompaño a las personas a ser más concientes de si mismas para vivir de una forma plena y más equilibrada.
Mi rutina de vida diaria incluye meditación, Reiki y momentos de atención plena para apreciar el momento presente y así aprender y disfrutar de cada instante.
Entre las herramientas de acompañamiento que ofrezco se encuentra Reiki, meditación guiada, Theta-healing y programas creados a lo largo de 19 años de experiencia en el mundo del crecimiento personal
Gracias por permitirme contribuir a tu bienestar.
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